Puede que a pesar de las muchas ganas de entrenar que tengas, alguno de ustedes estén en la imposibilidad de hacerlo durante estas semanas de verano, debido a que estás de vacaciones, viajando o pasando el merecido descanso en las localidad en las que no haya abierto ningún gimnasio.
Para algunos eso puede suponer un gran obstáculo mental, porque dan por sentado que van a perder toda su buena forma, pero de hecho no tiene porqué ser así. Ni qué decir tiene que a ser posible lo ideal sería poder continuar entrenando como de costumbre, o aunque fuese un poco por debajo del ritmo habitual. Pero en todo caso está ampliamente comprobado que alguien que ha alcanzado un buen acondicionamiento físico apenas pierde nada por dejar de entrenar dos o hasta tres semanas. Esa perdida es aun menor si se mantiene activo, aunque eso no implique necesariamente el mismo entrenamiento específico, es decir el cuerpo pierde menos acondicionamiento si andas, corres, nadas o sencillamente estiras la musculatura que si el periodo de descanso lo es de falta de actividad física total. De manera que con el simple hecho de no permanecer inactivo durante el período de vacaciones ya sera suficiente para que no pierdas apenas tu buen acondicionamiento. Y por último puedes pensar en esta parada forzada como el reposo del guerrero, en el que este se cura de sus heridas de guerra antes de volver a la batalla. Seguro que tras este paréntesis vas a verte libre de alguna de esas pequeñas lesiones que todos arrastramos cómo consecuencia de los meses entrenamiento duros. Así que tómatelo como un período de recuperación y regeneración total que te dejará listo y sin lesiones y molestias para la nueva temporada que empieza en cuanto acabes las vacaciones.
miércoles, 28 de enero de 2015
El reposo del guerrero
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